Vivir
en un desborde de emociones que se congelan cuando el momento es insoportable,
por que seguir recordando lo que llego a desequilibrar nuestros pensamientos y nuestro
organismo, aún cuando sabes que lo que te perturba desde otras perspectivas podría
ser realmente bueno o positivo, la presión de perfección te carcome lentamente diciéndote
que eres bastante inútil si vuelves a cometer los mismos errores, y más aún lo
que no deja de pasar por tu cabeza es cómo rayos si estás haciendo algo para
que no sea de esa forma, sigue sucediendo.
Es esto y tal vez algo
más lo que te inclina a convencerte de que ya no hay forma, de que ya no puedes
hacer más nada, que aunque sigas esforzándote o te esfuerces más aún los
resultados no van a cambiar y van a seguir siendo los mismos que obtuviste
desde un inicio. La inseguridad te penetra en el alma, las presiones sociales
te escupen, los que están contigo te aclaman y los que ya no están te consuelan
con una mirada de lástima en sus ojos, es una completa frustración que envía
directamente tus decisiones a un pozo negro y oscuro sin fin.
En ese pozo solo hay
interminables escritos sobre aquello que amas, odias, y tal vez consideres lo
más importante de tu vida porque te lo metieron en la cabeza como cuando te
colocaron un pañal cuando llegaste al mundo. Al descender por aquel pozo, parece una pesadilla de la cual no puedes
despertar pero que si eres bastante astuto e inteligente, por un momento
apartas todo lo que está pasando a tu alrededor y empiezas a imaginar ese
camino de aromas que de alguna forma sólo es perfecto para ti, pero al tratar
de convertirlo en una realidad es cuando todo tu alrededor te cae encima, te
dificulta escalar y llegar de nuevo a ese sueño deseado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario