miércoles, 29 de febrero de 2012

Arreglo silencioso


Con cinta adhesiva y fuerza sin decir ni una sola palabra.

Sube y baja


Vivir en un desborde de emociones que se congelan cuando el momento es insoportable, por que seguir recordando lo que llego a desequilibrar nuestros pensamientos y nuestro organismo, aún cuando sabes que lo que te perturba desde otras perspectivas podría ser realmente bueno o positivo, la presión de perfección te carcome lentamente diciéndote que eres bastante inútil si vuelves a cometer los mismos errores, y más aún lo que no deja de pasar por tu cabeza es cómo rayos si estás haciendo algo para que no sea de esa forma, sigue sucediendo.

Es esto y tal vez algo más lo que te inclina a convencerte de que ya no hay forma, de que ya no puedes hacer más nada, que aunque sigas esforzándote o te esfuerces más aún los resultados no van a cambiar y van a seguir siendo los mismos que obtuviste desde un inicio. La inseguridad te penetra en el alma, las presiones sociales te escupen, los que están contigo te aclaman y los que ya no están te consuelan con una mirada de lástima en sus ojos, es una completa frustración que envía directamente tus decisiones a un pozo negro y oscuro sin fin.

En ese pozo solo hay interminables escritos sobre aquello que amas, odias, y tal vez consideres lo más importante de tu vida porque te lo metieron en la cabeza como cuando te colocaron un pañal cuando llegaste al mundo. Al descender por aquel pozo,  parece una pesadilla de la cual no puedes despertar pero que si eres bastante astuto e inteligente, por un momento apartas todo lo que está pasando a tu alrededor y empiezas a imaginar ese camino de aromas que de alguna forma sólo es perfecto para ti, pero al tratar de convertirlo en una realidad es cuando todo tu alrededor te cae encima, te dificulta escalar y llegar de nuevo a ese sueño deseado.

viernes, 24 de febrero de 2012

Un febrero que revive

Me acostumbre a la sombra detrás de mi..


Mis juguetes eran un par de hojas blancas y un lápiz,
mis amigos estaban en el aire sin poder hablar,
mi hermana nunca conoció mis gustos de infancia,
mis padre eran unos "tíos"que nunca veía,
mi madre era una anciana que llamaba "abuelita",
mi primo era un "hermano" lejano con quien jugaba,
mi aprecio era como un abrazo sin brazos..


Y ahora todo esto cambia,
y pretenden que no lo note
que sea una persona que no se refugie en sus lágrimas como cuando de niña miraba por el balcón en la noches oscuras esperando que el padre llegara y la familia que deseaba apareciera con una gran sonrisa a secarme las lágrimas y parar el llanto.