viernes, 23 de agosto de 2013

Unos pasos hacia atrás

Esta entrada podría ser un golpe en mi propia espalda, pero he tenido muchas ganas de escribirla toda esta semana, y qué mejor día que un viernes por la noche, sí, un viernes por la noche. Resulta que últimamente mi mente ha estado teniendo pensamientos ambiguos, dañinos, irracionales y tan insoportables como antes; la verdad es muy desagradable porque es como una competencia entre ellos y yo, que al final se traduce en una batalla dentro de mí que aun no he aprendido a manejar.

Todas estas cosas que piensa mi mente probablemente serían un gran entrada dedicada para una, pero como mencione antes, son ideas ambiguas y abstractas que se presentan para arruinar los momentos, son indescifrables y peor aun; no se pueden expresar en palabras por mas que trate. Al mismo tiempo que esto va ocurriendo, nacen más y más pensamientos detestables, con como una plaga que parece nunca terminar y cada vez empeorar.

Odio decir que esto empeora, porque hace meses comentaba que algo estaba avanzando y confieso que me sentía plenamente feliz con esa sensación, con un poco de miedo porque era algo extraño que estaba aprendiendo a experimentar pero al fin y al cabo me sentía feliz. Ahora mi ira es con este preciso momento en el que siento que todo retrocede y vuelve a caer - esta vez no lentamente, sino de una forma apresurada -, me obliga a buscar formas inadecuadas y útiles a corto plazo para sentirme mejor, a volver a fingir y a volver a buscar la manera para salir de esto de una forma que no implique caer en las ideas que propone mi raciocinio.

Todo esto me resulta muy lamentable.